Descripción
| 100% Tempranillo | 75cl |
|---|---|
| 2011 – Excelente | 14,5º |
| 26 Meses en barrica de roble |
Pago de los Capellanes Parcela El Picón es un vino tinto con D.O. Ribera del Duero elaborado con 100% Tempranillo procedente de una parcela de dos hectáreas que, debido a sus peculiaridades genéticas y a su especial microclima, produce una maduración excepcional de sus uvas.
Pago de los Capellanes Parcela El Picón se elabora de forma independiente de los demás vinos de la bodega y sólo sale al mercado cuando se considera que tiene la calidad suficiente. Se embotella sin pasar por frío, ni clarificar, ni filtrar.
Pago de los Capellanes Parcela El Picón es un vino intenso que vaticina una larga vida en botella.
CARACTERÍSTICAS
Añada:
2011
Elaboración:
Fermentación controlada por frío.
Crianza:
26 meses en barrica nueva de roble francés (75% Nevers, 25% Allier. Resto en botellero).
Producción:
3.500 botellas
CONSUMO
Temperatura de servicio:
16º-18ºC
Con qué acompañar:
Idóneo para carnes rojas (buey, vaca) asadas o a la parrilla, caza mayor (ciervo, jabalí, corzo) y determinadas especies de caza menor, como becada o paloma torcaz. Guisos de carne. Quesos añejos.
Procedente de viñedos de una parcela de 2 ha. de tinta fina, con un microclima particular y unas excelentes condiciones de maduración, El Picón es un vino intenso que vaticina una larga vida en botella.
Descorchar y decantar dos horas antes de su consumo.
NOTA DE CATA
Fase Visual
De intenso color cereza picota, con ribetes de juventud en capa fina, muestra una amplia intensidad que nos permite vaticinar la larga vida que augura.
Fase Olfativa
Se detectan los primeros aromas florales, y las moras y sotobosque caracteristicas de la Ribera del Duero, bien ensamblados con toques especiados tradicionales en el roble francés como la canela, el cuero, el tabaco, la trufa y el regaliz negro. A medida que profundizamos en la copa, vienen a nuestra memoria aromas especiados de amplia intensidad y elevada persistencia.
Fase Gustativa
La entrada en boca es compleja, con taninos dulces que envuelven el paladar y que cubren las papilas con una redondez exquisita. La potencia de su estructura nos recuerda la bondad de las uvas de las que proviene y su retronasal nos hace recordar los aromas varietales que en fermentación se expresaban en la vendimia. Largo, persistente y con un postgusto de marcada seriedad es un vino que se va abriendo a nuestros sentidos, a medida que lo catamos. Conviene calentarlo en boca, probarlo con tranquilidad y recordarlo con la emoción de estar ante un gran vino.
La Bodega
PAGO DE LOS CAPELLANES
Pago de los Capellanes es una bodega familiar que tuvo su inicio en Pedrosa de Duero (Burgos), en el corazón de la D.O. Ribera del Duero, pueblo natal de Paco Rodero. Paco, con su padre Doroteo, cuidaba su viñedo familiar, un pago que había pertenecido a los capellanes del pueblo siglos atrás.
Este pequeño viñedo de la variedad autóctona Tempranillo fue el principio del proyecto de Paco Rodero y su mujer Conchita Villa. Desde entonces, han trabajado las viñas para proveer a bodegas de la Ribera del Duero y para fundar la suya propia, donde llevan elaborando vinos desde hace 20 años. Además, desde el año 2014 son también propietarios de la bodega O Luar do Sil, donde elaboran vinos blancos en Valdeorras a partir de la variedad Godello.
Los viñedos de Pago de los Capellanes están plantados con la variedad Tinto fino o Tempranillo, la uva autóctona de la Ribera del Duero. Aunque inicialmente apenas había unas pocas cepas seleccionadas, año tras año han ido multiplicando sus mejores clones.
El proceso de crianza se lleva a cabo en una bodega subterránea con un calado de 10 metros de profundidad. Allí reposan los vinos en barricas de roble francés nuevo (de 1 a 3 años) hasta que alcanzan la madurez óptima para su mezcla o coupage. Una selección de 22 tipos de roble francés según su origen (Alier, Nevers, Centro) secado al aire libre (de 24 a 60 meses) y tostado, ayudan a envejecer el vino.
La bodega se sitúa abrazando varios nogales centenarios, formando un claustro en el que nunca se pierde de vista el viñedo.
Todas las funciones se desarrollan alrededor de este gran patio; bodega de elaboración, crianza, embotellado y expedición.
Completa el conjunto el Edificio Social, concebido como elemento de unión entre las diferentes partes, aparece sin hacer ruido una figura apaisada y pura que enmarca el paisaje propone un recorrido fluido y amable.





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